Estado de los ESTADOS
29/10/2011 - 10:31
29/10/2011 - 10:31
Por: Lilia Arellano
• Se juega FCH su “as bajo la manga”
• Redondean la estrategia para el 2012
• Calderón y Obama a la caza de votos
• Enfrentamientos en Sin., Mich,, y Chih.
• “Rápido y Furioso”: ya son 200 muertos
Octubre 28, 2011.- A quince días de celebrarse en Hawai la reunión entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, y el inquilino de Los Pinos, Felipe Calderón, y de realizarse las elecciones para gobernador en Michoacán, el diario estadounidense “The Washington Post” reveló que tres fuerzas especiales del Ejército, la Marina y la Policía Federal operan para entregar “vivo o muerto” al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, lo que impulsará aún más la escalada de violencia que se resiente en el país, tengan o no éxito esos comandos coordinados por la DEA (Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos).
La revelación del rotativo estadounidense no es un asunto menor, pues indica que tanto Obama como Calderón están decididos a llevar agua a su molino electoral para los comicios presidenciales del próximo año en donde el mandatario afroamericano busca la reelección y el michoacano hace hasta lo imposible por mantener al PAN en Los Pinos, utilizando para ello todos los recursos a su alcance para frenar a su principal adversario Andrés Manuel López Obrador. Tras el asesinato de Osama Bin Laden, por parte de un comando de las fuerzas especiales de élite estadounidense Navy Seals, el 2 de mayo pasado en Abbottabad, Pakistán, y de la captura, sodomización y ejecución de Muamar Gadafi, el 20 de octubre en las afueras de su ciudad natal Sirte, en Libia, la siguiente medalla para el imperialismo yanqui la constituye “El Chapo” Guzmán.
No cabe duda que en este esquema es inminente la aprehensión y/o muerte de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo” Guzmán, convertido bajo las administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón en el principal traficante de drogas de México y uno de los más importantes a nivel internacional. Esta acción tendrá un gran impacto entre el electorado de Estados Unidos, inconforme con la administración y el incumplimiento de las promesas de campaña de Barack Obama, y entre los electores mexicanos que le piensan cobrar todos las fallas de su gestión en el 2012 a Felipe Calderón. Si la captura del líder del Cártel de Sinaloa se realiza antes de 15 días, su efecto impactará directamente también la elección de gobernador de Michoacán, en donde se han utilizado todos los recursos para hacer repuntar la candidatura panista de Luisa María Calderón, por lo que se esperan unos comicios muy competidos con un resultado de pronóstico reservado.
Para nadie es un secreto que a lo largo de 10 años, desde su fuga en enero de 2001, Joaquín “El Chapo” Guzmán ha sido protegido por las autoridades federales, al grado que la fortuna acumulada bajo la protección oficial lo convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo, hecho destacado por la revista Forbes. Muchos analistas señalan incluso que las operaciones de la “guerra contra el narcotráfico” han sido diseñadas y ejecutadas para favorecer el Cártel del Sinaloa sobre las otras organizaciones rivales que ha sido dispersadas de plazas que antes controlaban y que ahora están en manos de los testaferros del capo sinaloense. A pesar de la ofensiva oficial y de la del Cártel de Sinaloa, la organización criminal de “Los Zetas” ha logrado sobrevivir y expandir su dominio a otras regiones fuera del área de influencia del Cártel del Golfo y se ha constituido como el principal grupo rival de la federación sinaloense.
Todo apunta a que esta aprehensión es una de las cartas debajo de la manga de Calderón para enfrentar el 2012 hablando de éxitos y será también lo que le permita “demostrar” que no fue el gran protector de “El Chapo” como se ha venido señalando y observando. Pero en este tipo de extrañas decisiones con expresiones como la de “vivo o muerto” bien vale la pena recordar al “Señor de los Cielos” y su extraña muerte, además de las informaciones surgidas en los últimos años que hablan de una entrega con compromiso.
En ese tiempo fueron los EU quienes de manera sorprendentemente rápida confirmaron que el cadáver de ese sujeto flaco, endeble, chaparro y con bigotes bien puestos, pese a que ingresó a un quirófano, era el “Señor de los Cielos” y que el ADN que les llevó apenas unos minutos analizar correspondía a ese personaje. Nada impide que una farsa igual se repita sobre todo estando “El jefe Diego” en plena función, actuando en lo que mejor sabe hacer.
Porque en los casos de intervención norteamericana registrados en los últimos tiempos, el oro negro, el petróleo, ha sido el verdadero eje y en México a éste se suma el control por las drogas, ya que desde ningún ángulo se encuentran acciones que EU realice en su territorio para evitar el lavado de dinero, para disminuir el consumo, para castigar a sus narcos. Los capitales que se depositan e invierten en su terreno no se vislumbra que con “El Chapo” o sin él disminuyan un ápice, por lo que lejos de celebrar una aprehensión de esta envergadura habrá que estar pendientes de lo que hay detrás, y no es que la detención de un gran capo no tenga validez sino que tratándose de éste que tiene todo un ejército reclutado y seguramente más de una decena de hombres preparados para continuar en la misma actividad, la utilización se presenta como pulpo, con demasiados tentáculos.
Por si fuera poco y hubiese una dosis de verdad y si la instrucción de los estrategas militares estadounidenses a cargo de la “guerra contra el terrorismo mundial” es que ya es tiempo de ponerle fin al reinado de “El Chapo”, todo indica que habrá un violento reacomodo al interior del Cártel de Sinaloa, de sus zonas de influencia, y una lucha encarnizada por ocupar su lugar entre sus lugartenientes y socios de otras organizaciones criminales. La red oficial de corrupción que lo protege a nivel federal y en los estados y municipios también resentirá una fuerte sacudida que sin duda alguna descobijará a muchos funcionarios del primer nivel del calderonismo.
Los riesgos que Felipe Calderón correrá con la captura del líder del Cártel de Sinaloa son muchos pero muchas también son las ganancias políticas que se podrían obtener: en primer lugar, la gubernatura de Michoacán para su hermana, Luisa María Calderón; en segundo término, la conservación de la Presidencia de la República para el PAN, ya sea en el terreno de las urnas o con la suspensión de los comicios al no haber “condiciones” para las elecciones presidenciales; en tercer término y una de las más importantes es la evasión, por parte del inquilino de Los Pinos, de la justicia nacional e internacional por los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos a lo largo de estos cinco años. De ahí también la urgencia de reunirse con Obama, de buscar obtener todo el respaldo a cualquier precio, de jugarse la mayor carta.
Es en este contexto en el que debe observarse el reportaje de “The Washington Post”, quien asegura que Felipe Calderón se encuentra “desesperado por capturar a su Némesis y probarse a él mismo como un comandante en jefe ganador de una lucha impopular que podría costarle a su partido la Presidencia”. El texto firmado por el corresponsal en México, William Booth, y el reportero Nicholas Mirrof, sostiene que “El Chapo” Guzmán sigue operando con normalidad e incluso fortaleciéndose en toda la Sierra Madre de México. También destaca que a pesar de que Calderón y sus altos funcionarios policiales afirman que en los últimos dos años han estado varias veces a punto de capturar al capo –por una o dos horas de diferencia-, muchos mexicanos perciben que su administración lo protege, y en cambio si ataca a “su gran grupo rival”, “Los Zetas”.
Tan decididos están en la administración de Obama para atacar al Cártel de Sinaloa, que ya entregaron 10 vehículos “All Terrain” de inspección no intrusiva para la detección de armas, drogas y precursores químicos, con un valor de 13 millones de dólares, los cuales, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), “serán asignados a diversos mandos territoriales para su empleo en lugares estratégicos dentro de su jurisdicción, con cambios de ubicación continuos y sorpresivos”. Las unidades fueron entregadas en las instalaciones del 28/o. Batallón de Infantería, ubicados en el Aguaje de la Tuna, Baja California, como parte de los insumos que la administración de Calderón “ha adquirido” en el marco del Plan México o “Iniciativa Mérida”.
Así, mientras se realizan los preparativos para la reunión del próximo 13 de noviembre en Honolulu, Hawai, entre Obama, Harper y Calderón, para analizar temas relacionados con la seguridad, energía, cambio climático, competitividad, el papel de los países en la economía global; y se da a conocer, por parte del presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes estadounidense, Darrel Issa, que cuando menos 200 ciudadanos mexicanos fueron asesinados con armas que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) dejo introducir a México como parte de la operación “Rápido y Furioso”, por la que dicha dependencia sufrirá una reestructuración general; el nivel de violencia en México sigue incrementándose: no es extraño que sea precisamente en el Estado de Michoacán, en donde se realizarán los comicios locales en 15 días, se recrudezca la violencia nuevamente. En las últimas horas, al menos tres enfrentamientos fueron reportados en los municipios de Pátzcuaro, Nocupétaro y La Piedad, en donde murieron 16 presuntos gatilleros, entre ellos una mujer, así como dos policías federales.
Tampoco es extraño que los enfrentamientos entre grupos rivales de narcotraficantes se escenifiquen precisamente en el Estado de Sinaloa, cuna de la organización criminal de “El Chapo Guzmán”. Las autoridades estatales reportaron un saldo preliminar de siete personas muertas y una docena de heridos, luego de un enfrentamiento entre dos grupos rivales del narcotráfico sobre la carretera México-Nogales, en el municipio de Salvador Alvarado, donde tres de las víctimas fallecieron de forma circunstancial al quedar en medio del fuego cruzado. En el lugar de los hechos, el Ejército aseguró cinco camionetas abandonadas, una de ellas blindada y otra con aditamentos para empotrar un fusil calibre 50 milímetros, así como doce armas de fuego –diez de ellas largas-, cartuchos diversos y equipo táctico. En esa misma entidad, también se reportó la ejecución del comandante de la Policía Ministerial del Estado, Samuel Meza Echeverría, adscrito a la base de la ciudad de Los Mochis. Y Chihuahua no podía faltar en este fúnebre escenario, en donde siete hombres fueron asesinados con armas de fuego en hechos registrados en los municipios rurales de Meoqui y Rosales, al sur de la entidad.
Es ahora cuando comienza a prenderse los focos rojos de lo que viviremos en los próximos meses que incluirán, por supuesto, una serie de escándalos sobre personajes de PRI, principalmente, junto con alianzas producto de grandes temores de los nuevos ricos perredistas en las filas de los “chuchos” y la compra de más de una conciencia para llevar al delfín al poder con su respectiva y muy estrellada bendición.
No cabe duda que en este esquema es inminente la aprehensión y/o muerte de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo” Guzmán, convertido bajo las administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón en el principal traficante de drogas de México y uno de los más importantes a nivel internacional. Esta acción tendrá un gran impacto entre el electorado de Estados Unidos, inconforme con la administración y el incumplimiento de las promesas de campaña de Barack Obama, y entre los electores mexicanos que le piensan cobrar todos las fallas de su gestión en el 2012 a Felipe Calderón. Si la captura del líder del Cártel de Sinaloa se realiza antes de 15 días, su efecto impactará directamente también la elección de gobernador de Michoacán, en donde se han utilizado todos los recursos para hacer repuntar la candidatura panista de Luisa María Calderón, por lo que se esperan unos comicios muy competidos con un resultado de pronóstico reservado.
Para nadie es un secreto que a lo largo de 10 años, desde su fuga en enero de 2001, Joaquín “El Chapo” Guzmán ha sido protegido por las autoridades federales, al grado que la fortuna acumulada bajo la protección oficial lo convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo, hecho destacado por la revista Forbes. Muchos analistas señalan incluso que las operaciones de la “guerra contra el narcotráfico” han sido diseñadas y ejecutadas para favorecer el Cártel del Sinaloa sobre las otras organizaciones rivales que ha sido dispersadas de plazas que antes controlaban y que ahora están en manos de los testaferros del capo sinaloense. A pesar de la ofensiva oficial y de la del Cártel de Sinaloa, la organización criminal de “Los Zetas” ha logrado sobrevivir y expandir su dominio a otras regiones fuera del área de influencia del Cártel del Golfo y se ha constituido como el principal grupo rival de la federación sinaloense.
Todo apunta a que esta aprehensión es una de las cartas debajo de la manga de Calderón para enfrentar el 2012 hablando de éxitos y será también lo que le permita “demostrar” que no fue el gran protector de “El Chapo” como se ha venido señalando y observando. Pero en este tipo de extrañas decisiones con expresiones como la de “vivo o muerto” bien vale la pena recordar al “Señor de los Cielos” y su extraña muerte, además de las informaciones surgidas en los últimos años que hablan de una entrega con compromiso.
En ese tiempo fueron los EU quienes de manera sorprendentemente rápida confirmaron que el cadáver de ese sujeto flaco, endeble, chaparro y con bigotes bien puestos, pese a que ingresó a un quirófano, era el “Señor de los Cielos” y que el ADN que les llevó apenas unos minutos analizar correspondía a ese personaje. Nada impide que una farsa igual se repita sobre todo estando “El jefe Diego” en plena función, actuando en lo que mejor sabe hacer.
Porque en los casos de intervención norteamericana registrados en los últimos tiempos, el oro negro, el petróleo, ha sido el verdadero eje y en México a éste se suma el control por las drogas, ya que desde ningún ángulo se encuentran acciones que EU realice en su territorio para evitar el lavado de dinero, para disminuir el consumo, para castigar a sus narcos. Los capitales que se depositan e invierten en su terreno no se vislumbra que con “El Chapo” o sin él disminuyan un ápice, por lo que lejos de celebrar una aprehensión de esta envergadura habrá que estar pendientes de lo que hay detrás, y no es que la detención de un gran capo no tenga validez sino que tratándose de éste que tiene todo un ejército reclutado y seguramente más de una decena de hombres preparados para continuar en la misma actividad, la utilización se presenta como pulpo, con demasiados tentáculos.
Por si fuera poco y hubiese una dosis de verdad y si la instrucción de los estrategas militares estadounidenses a cargo de la “guerra contra el terrorismo mundial” es que ya es tiempo de ponerle fin al reinado de “El Chapo”, todo indica que habrá un violento reacomodo al interior del Cártel de Sinaloa, de sus zonas de influencia, y una lucha encarnizada por ocupar su lugar entre sus lugartenientes y socios de otras organizaciones criminales. La red oficial de corrupción que lo protege a nivel federal y en los estados y municipios también resentirá una fuerte sacudida que sin duda alguna descobijará a muchos funcionarios del primer nivel del calderonismo.
Los riesgos que Felipe Calderón correrá con la captura del líder del Cártel de Sinaloa son muchos pero muchas también son las ganancias políticas que se podrían obtener: en primer lugar, la gubernatura de Michoacán para su hermana, Luisa María Calderón; en segundo término, la conservación de la Presidencia de la República para el PAN, ya sea en el terreno de las urnas o con la suspensión de los comicios al no haber “condiciones” para las elecciones presidenciales; en tercer término y una de las más importantes es la evasión, por parte del inquilino de Los Pinos, de la justicia nacional e internacional por los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos a lo largo de estos cinco años. De ahí también la urgencia de reunirse con Obama, de buscar obtener todo el respaldo a cualquier precio, de jugarse la mayor carta.
Es en este contexto en el que debe observarse el reportaje de “The Washington Post”, quien asegura que Felipe Calderón se encuentra “desesperado por capturar a su Némesis y probarse a él mismo como un comandante en jefe ganador de una lucha impopular que podría costarle a su partido la Presidencia”. El texto firmado por el corresponsal en México, William Booth, y el reportero Nicholas Mirrof, sostiene que “El Chapo” Guzmán sigue operando con normalidad e incluso fortaleciéndose en toda la Sierra Madre de México. También destaca que a pesar de que Calderón y sus altos funcionarios policiales afirman que en los últimos dos años han estado varias veces a punto de capturar al capo –por una o dos horas de diferencia-, muchos mexicanos perciben que su administración lo protege, y en cambio si ataca a “su gran grupo rival”, “Los Zetas”.
Tan decididos están en la administración de Obama para atacar al Cártel de Sinaloa, que ya entregaron 10 vehículos “All Terrain” de inspección no intrusiva para la detección de armas, drogas y precursores químicos, con un valor de 13 millones de dólares, los cuales, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), “serán asignados a diversos mandos territoriales para su empleo en lugares estratégicos dentro de su jurisdicción, con cambios de ubicación continuos y sorpresivos”. Las unidades fueron entregadas en las instalaciones del 28/o. Batallón de Infantería, ubicados en el Aguaje de la Tuna, Baja California, como parte de los insumos que la administración de Calderón “ha adquirido” en el marco del Plan México o “Iniciativa Mérida”.
Así, mientras se realizan los preparativos para la reunión del próximo 13 de noviembre en Honolulu, Hawai, entre Obama, Harper y Calderón, para analizar temas relacionados con la seguridad, energía, cambio climático, competitividad, el papel de los países en la economía global; y se da a conocer, por parte del presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes estadounidense, Darrel Issa, que cuando menos 200 ciudadanos mexicanos fueron asesinados con armas que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) dejo introducir a México como parte de la operación “Rápido y Furioso”, por la que dicha dependencia sufrirá una reestructuración general; el nivel de violencia en México sigue incrementándose: no es extraño que sea precisamente en el Estado de Michoacán, en donde se realizarán los comicios locales en 15 días, se recrudezca la violencia nuevamente. En las últimas horas, al menos tres enfrentamientos fueron reportados en los municipios de Pátzcuaro, Nocupétaro y La Piedad, en donde murieron 16 presuntos gatilleros, entre ellos una mujer, así como dos policías federales.
Tampoco es extraño que los enfrentamientos entre grupos rivales de narcotraficantes se escenifiquen precisamente en el Estado de Sinaloa, cuna de la organización criminal de “El Chapo Guzmán”. Las autoridades estatales reportaron un saldo preliminar de siete personas muertas y una docena de heridos, luego de un enfrentamiento entre dos grupos rivales del narcotráfico sobre la carretera México-Nogales, en el municipio de Salvador Alvarado, donde tres de las víctimas fallecieron de forma circunstancial al quedar en medio del fuego cruzado. En el lugar de los hechos, el Ejército aseguró cinco camionetas abandonadas, una de ellas blindada y otra con aditamentos para empotrar un fusil calibre 50 milímetros, así como doce armas de fuego –diez de ellas largas-, cartuchos diversos y equipo táctico. En esa misma entidad, también se reportó la ejecución del comandante de la Policía Ministerial del Estado, Samuel Meza Echeverría, adscrito a la base de la ciudad de Los Mochis. Y Chihuahua no podía faltar en este fúnebre escenario, en donde siete hombres fueron asesinados con armas de fuego en hechos registrados en los municipios rurales de Meoqui y Rosales, al sur de la entidad.
Es ahora cuando comienza a prenderse los focos rojos de lo que viviremos en los próximos meses que incluirán, por supuesto, una serie de escándalos sobre personajes de PRI, principalmente, junto con alianzas producto de grandes temores de los nuevos ricos perredistas en las filas de los “chuchos” y la compra de más de una conciencia para llevar al delfín al poder con su respectiva y muy estrellada bendición.