LOS AMIGOS DEL PRESIDENTE EPN.
El nuevo comisionado de la Policía Federal (PF), Manelich Castilla, ha tenido una carrera ascendente en las corporaciones policiacas, aunque su historial no es brillante.
Aparte de su escasa experiencia operativa, sus actuaciones fueron dudosas en casos como la supuesta “venta” de la plaza de San Luis Potosí a dos cárteles (2011), un fallido operativo antidrogas en el aeropuerto capitalino (2013) y, sobre todo, el ataque armado a los profesores y pobladores de Nochixtlán, Oaxaca (2016). Sin embargo, el presidente Peña Nieto le encomendó el mando de más de 35 mil efectivos.
El presidente Enrique Peña Nieto puso a la principal corporación de seguridad pública del país, la Policía Federal (PF), en manos de un mando cercano a él. A pesar de sus reiterados tropiezos en su corta carrera de mando, Manelich Castilla Craviotto es el nuevo comisionado general de la Policía Federal (PF).
La gracia presidencial se disfrazó de respeto a los derechos humanos el 29 de agosto pasado, cuando Peña Nieto designó a su amigo como jefe de la PF en reemplazo de Enrique Galindo Ceballos.
Ese nombramiento, que es facultad presidencial, ocurrió dos semanas después de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitiera una recomendación en la cual señala que las fuerzas a cargo de Galindo ejecutaron de manera arbitraria a 22 civiles en el municipio de Tanhuato, Michoacán, en mayo de 2015. El entonces jefe de la Policía Federal presentó la masacre como resultado de un enfrentamiento con narcotraficantes.
Al darle posesión a Castilla Craviotto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, responsable de la seguridad en el país, le dijo al amigo del presidente: “Le instruyo continuar y propiciar el esfuerzo de capacitación permanente en todos los elementos en materia de derechos humanos”.
El nombramiento pasó por el alto que el propio Castilla Craviotto estuvo directamente implicado en el enfrentamiento de la PF con civiles en el frustrado desalojo del bloqueo de la carretera a Nochixtlán, Oaxaca, el pasado 19 de junio, que dejó ocho muertos y decenas de heridos.
Entonces comisario de la División de Gendarmería, Manelich Castilla mandó hombres armados para enfrentarse con los civiles que se sumaron al bloqueo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en sus protestas por la reforma educativa.
Las imágenes de los enfrentamientos mostraron a efectivos de la Gendarmería y de las Fuerzas Federales, dos de las divisiones operativas de la PF, en el enfrentamiento con los civiles. Efectivos que fueron desplegados sin armamento para dispersar a los manifestantes también señalaron a los integrantes de la Gendarmería como responsables de los disparos (Proceso 2069).
Desde que Peña Nieto asumió la Presidencia, Castilla Craviotto no dejó de ascender hasta convertirse en comisionado general de la PF, al mando de más de 35 mil efectivos: más que los de la Marina Armada de México.
El fortalecimiento de la corporación lo conoció el propio Castilla desde adentro, pues formó parte del grupo de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) durante el gobierno de Felipe Calderón. En ese sexenio, la corporación pasó de 5 mil a 36 mil hombres. Con la llegada de Peña al poder, desapareció la SSP y la PF fue absorbida por la Secretaría de Gobernación.
Hijo de un exjefe de escoltas del empresario Carlos Slim, Manelich Castilla pasó de ser empleado del magnate en la Fundación Telmex entre 1997 y 2009, a instructor académico en la PF. Y sin mayor experiencia en la operación policial, en marzo de 2010 García Luna le dio su primer mando. Bastaron seis años de carrera, marcados por serios cuestionamientos, para que lo convirtieran en el policía número uno de México.
Su llegada a la PF no se puede entender sin Carlos Slim, quien fue el principal proveedor de la SSP para la puesta en marcha de la Plataforma México, el ambicioso proyecto de García Luna y Calderón para concentrar toda la información delictiva del país.
Licenciado en derecho por la Universidad Latina, fue director del programa Telmex Reintegra, parte del Programa de Justicia de la Fundación de Slim para otorgar fianzas a personas de escasos recursos arrestadas por primera vez.
En septiembre de 2009, en pleno desarrollo de la Plataforma México, dio el salto a la PF. Se incorporó como director adjunto, con el grado de inspector, en el Instituto de Formación de la SSP federal.
En medio año dejó la capacitación y recibió su primer cargo de campo: coordinador operativo de la Policía Federal en San Luis Potosí, en medio de la presencia del Cártel de Los Zetas. Aunque estuvo en el cargo sólo un año, de marzo de 2010 al mismo mes de 2011, fue tiempo suficiente para tejer importantes relaciones. Investido del grado de comisario, coincidió con Enrique Galindo Ceballos, quien era secretario de Seguridad Pública estatal.
Castilla estuvo bajo el mando directo de Carlos Alfonso Tornero Salinas, coordinador estatal de la PF en el estado. Es el policía que en 2008 tuvo que renunciar como director de la Policía Municipal de León, Guanajuato, cuando se conocieron videos de entrenamiento de torturas a los agentes bajo su mando. Ahora trabaja con Castilla Craviotto en la PF desde hace dos años.
Castilla salió de San Luis Potosí tras el ataque contra dos agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), perpetrado por Los Zetas el 15 de febrero de 2011.
Los agentes, registrados como personal de la embajada de ese país en México, se desplazaban en una camioneta por la carretera San Luis-Querétaro cuando fueron agredidos con armas de fuego por Los Zetas. En el ataque murió el agente Jaime Zapata, lo que provocó una fuerte presión del gobierno estadunidense sobre el de Calderón para detener a los responsables. En una semana, el 23 de febrero, el Ejército anunció la aprehensión del primer sospechoso.
Un exagente de inteligencia de la PF, que se presentaba con el pseudónimo de Tomás Borge, difundió dos años después la versión de que el ataque fue un equívoco porque el objetivo era Castilla Craviotto, en una supuesta venganza por haber “vendido la plaza” al Cártel de Sinaloa después de haberse arreglado con Los Zetas.
fuente: anonymouslegionlatinanews.blogspot.mx