En los días en que se ventilan actos de corrupción en la petrolera, una explosión daña su edificio corporativo dejando 25 muertos y 101 heridos. Las áreas afectadas: archivos de construcción y contratos finales
Viernes 1 de febrero de 2013
"Yo caminaba muy cerca de ahí, fue como ver una película cuando al menos seis personas fueron levantadas y expulsadas por la fuerza de la explosión"
Empleado de Pemex y testigo
La explosión del edificio B2, a escasos metros de la Torre Ejecutiva, ocurre en un ambiente de incertidumbre y escándalos de corrupción que dejan al descubierto historias de sobornos que involucran a la empresa Siemens y Pemex
En medio de la cloaca que se destapó por la corrupción en Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, una fuerte explosión en la Torre Ejecutiva del Distrito Federal, ocasionó la muerte de 25 personas y 101 heridos, según la cifra oficial.
Pasadas las 11 de la noche, el Secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong expresó, en conferencia de prensa, su “profundo dolor” por la pérdida de vidas humanas tras ocurrido ayer en la tarde en el edificio administrativo de las oficinas de Pemex.
De las personas muertas, 17 son mujeres y ocho son hombres. Precisó que del total de heridos, 46 siguen en centros de salud y hospitales. Y prosiguió a leer la lista de los lesionados y del lugar donde se encuentra cada uno.
Aclaró también que no se tiene información que indique que existen más personas atrapadas entre los escombros. Donde tuvo lugar la explosión alrededor de las 15:40 horas en el edificio anexo B2.
Custodia Marina morgue
Desde ayer las oficinas de Pemex se convirtieron en una gran morgue custodiada por personal de la Marina Armada de México debido al número de víctimas que perdieron la vida por la explosión o sufrieron desprendimiento o perforación de órganos, así como por aplastamiento por las columnas que se colapsaron en el edificio.
“El gobierno federal tiene el control de la situación, nosotros ya no podemos hablar y salimos de la zona”, comentó una fuente de la administración capitalina.
Es la primera tragedia de este tipo que enfrentan desde que asumieron el cargo el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto; y el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera Espinosa.
Y aunque desde el momento de la tragedia Peña Nieto hizo un llamado a través de los medios de comunicación para evitar cualquier tipo de especulaciones, la teoría de un ataque premeditado a las instalaciones de Pemex comenzó a correr.
“No queremos que esto dé motivos a especulaciones de posibles razones sobre este percance”, comentó a su salida.
Pero la explosión del edificio B2, a escasos metros de la Torre Ejecutiva, ocurre en un ambiente de incertidumbre y escándalos de corrupción que dejan al descubierto historias de sobornos que involucran a la empresa Siemens y Pemex.
Otros hablan de repercusiones por cambios venideros en el poderoso sindicato de Trabajadores de Pemex que lidera Carlos Romero Deschamps.
Previsión también en la Cámara
Pese el llamado a la mesura, pero con la idea de un posible atentado en la mente, la Cámara de Diputados fue intensamente revisada por el personal de la Dirección General de Seguridad y Resguardo del recinto, en colaboración con la Policía Federal.
El “Plan Rojo” se activó, por eso se revisaron subestaciones eléctricas, tomas de gas y otros puntos vulnerables del recinto de San Lázaro.
Lo que ayer ocurrió en Pemex de Marina Nacional puso en jaque al gobierno federal y local, quienes improvisaron una morgue en su interior para facilitar la atención e identificación de cadáveres.
“Como ver una película”
Eran alrededor de las 15:40 del jueves cuando el estallido en el edificio B2, localizado en la parte trasera de la Torre Ejecutiva, provocó que la construcción de planta baja y mezzanine se desplomaran, dejando a cientos de empleados atrapados.
“Yo caminaba muy cerca de ahí, fue como ver una película cuando al menos seis personas fueron levantadas y expulsadas por la fuerza de la explosión”, relata Roberto, uno de los empleados de Pemex que presenció los hechos.
Una gigantesca nube de polvo fue lo que alcanzaron a observar el resto de los empleados que se encontraban en la hora de comida.
Después del estruendo, de entre los escombros surgió un hombre joven que gritaba desesperado desde el área de mezzanine “ayuda, ayúdenme hay muchos aquí atrapados”.
“Muchos corrimos a esa zona, no sabíamos qué había pasado, solo sentimos la sacudida, después la nube de polvo y los gritos de ayuda, pero de pronto se escucho otro sonido, como si el edificio tronara o se fuera a caer, luego otro ruido más fuerte, todos corrimos y nos alejaron del B2”, detalla.
En esos segundos de confusión la gente corría asustada: “Explotó una bomba”, gritaron algunos.
Segundos después del aturdimiento sacó su teléfono celular y comenzó a grabar lo que ocurrió en el edificio B2, donde a esa hora, según explica, está ocupado por personal en su mayoría sindicalizado, ya que en esa zona se encontraban al menos cinco relojes checadores y desde las 15:45 hasta las 16 horas los empleados dejan constancia de su salida.
Roberto explica y hace hincapié en que justo a esa hora hay una gran afluencia de personal porque ahí están los checadores, además de las dos pequeñas sucursales bancarias de Banorte y Bancomer, donde el personal acude a realizar sus trámites bancarios y utiliza los cajeros automáticos. Era día de quincena.
Después de la explosión toda esa zona quedó destrozada. La explosión fue de tal magnitud en el edificio B2 que impactó directamente el patio sur y los bancos.
Algunos de los heridos fueron ingresados inmediatamente a la clínica que se localiza ahí mismo, al interior del complejo, pero al paso de los minutos y percatarse de la dimensión de los hechos, la única ambulancia que está de manera permanente en Pemex, resultó insuficiente.
Entonces comenzaron a llegar ambulancias de Cruz Roja, Protección Civil, perros entrenados en búsqueda, Protección Civil y más tarde, cuando se supo que había empleados atrapados, el grupo de rescate Topos México. La tragedia se observaba mayúscula.