El candidato a la Alcaldía de Monterrey es un priista apegado a la vieja escuela: hacer negocios con amigos y compadres.
El compadrazgo de Felipe Enríquez con Enrique Peña Nieto nació en Atlacomulco, Estado de México.
Y es que el ahora candidato a la Alcaldía de Monterrey fue impulsado como operador político luego de ser el coordinador de área en la campaña del candidato a la gubernatura de Nuevo León en 2003, Natividad González Parás.
Fue una operación exitosa, luego de que el mismo González Parás había perdido la gubernatura seis años antes, en 1997, año en que ganó la gubernatura un panista por primera ocasión en la historia del estado: Fernando Canales Clariond.
Pero como Natividad sí pudo ganar en 2003, Enríquez fue catapultado hacia donde conocería al hoy candidato presidencial de su partido, Enrique Peña Nieto.
Así, identificado como un buen operador de campaña y además recaudador de dinero para el PRI, en 2005 Enríquez fue recomendado por Natividad para que lo reclutara el entonces gobernador del Estado México Arturo Montiel Rojas.
En esos tiempos Enrique Peña Nieto era el secretario de Administración y Finanzas del Estado de México.
De tal manera que cuando en 2005 Arturo Montiel, apoyado por el Grupo Atlacomulco, se lanzó como precandidato a la Presidencia de la República del PRI, Enríquez fue nombrado su coordinador de campaña.
Entonces Enríquez conoció a su compadre Peña Nieto en dos etapas distintas: primero siendo secretario de Administración y Finanzas, y luego como heredero de Montiel en el gobierno del Estado de México.
El hoy candidato del PRI a la Alcaldía de Monterrey fue primero un enlace para reunir recursos para la precampaña de Montiel y luego actuó como operador político.
Fueron los tiempos del TUCOM, Todos Unidos Contra Madrazo, cuando por instrucciones de Enríquez, Montiel atacó al también precandidato Roberto Madrazo con acusaciones de corrupción.
Señalamientos que Madrazo regresó con lujo de detalles, acusando a Montiel de tener propiedades por todo el país con un valor incalculable.
Y perdió Montiel, pero Enríquez conoció a Peña Nieto y luego serían compadres cuando en 2006, el candidato a la alcaldía invitó al entonces gobernador del Estado de México a bautizar a su hijo en Monterrey.
El compadre Félix González Canto en Quintana Roo
Desde 2004 Felipe Enríquez buscó hacer negocios en Quintana Roo.
Así que en abril de 2005, cuando Félix González Canto asumió la gubernatura de esa entidad, el hoy candidato a la Alcaldía de Monterrey ya había estrechado lazos.
De hecho, en todas sus negociaciones para adquirir propiedades en Isla Blanca al norte de Cancún, en Punta Piedra, o en donde construirían el aeropuerto de Tulum, Enríquez busca a González Canto para incluirlo.
Incluso, González Canto es quien llamó por teléfono a Mario Villanueva, cuando éste se encontraba en el Reclusorio Norte, para pedirle que recibiera a su compadre Felipe Enríquez.
El mismo Félix González Canto dijo a Villanueva que Enríquez buscaba negociar tierras de Isla Blanca.
Es así que Mario Villanueva recibió en su celda al hoy candidato tricolor a la Alcaldía de Monterrey.
Por ello es que el ex gobernador de Quintana Roo, actualmente prisionero en New Jersey luego de su extradición, presentó una denuncia porque Enríquez solamente le pagó una parte del dinero acordado.
Y en esa denuncia Villanueva menciona a su sucesor en el gobierno de Quintana Roo, a González Canto, como un hombre que no cumplió lo que prometió.
Esos y otros favores en la compra de propiedades, en la exención de impuestos, era precisamente lo que buscaba Felipe Enríquez al haber estrechado un compadrazgo con Félix.
EL PADRINO DE ENRÍQUEZ
El ex gobernador Benjamín Clariond Reyes es el padrino político de Felipe Enríquez.
Con “El Benjas”, Enríquez comenzó en 1991 su carrera política ocupando el cargo de secretario particular de Clariond Reyes cuando ocupó la Alcaldía de Monterrey.
En 1996, cuando fue designado gobernador interino de Nuevo León, Clariond Reyes lo designó como secretario de desarrollo social del Estado.
En el 2009 tanto Clariond como Enríquez operaron juntos desde el Congreso federal, donde construyeron su candidatura para la Alcaldía de Monterrey.
En colaboración con el diputado federal Rogelio Cerda, ex secretario general de Gobierno, Enríquez impulsó fallidamente a Pedro Morales Somohano a la dirigencia estatal del PRI.
Hace unos meses el grupo político de Enríquez operó para sustituir a Rogelio Arrambide de la candidatura a la Alcaldía de San Pedro, quien finalmente fue relevado por Othón Ruiz Montemayor.
LOS SOCIOS
José María Garza Treviño, dueño de la constructora Garza Ponce, es uno de los principales socios de Enríquez en los desarrollos turísticos localizados en Quintana Roo.
Este constructor está vinculado también con Natividad González Parás, con quien logró importantes contratos de obra pública durante su sexenio.
Luis Francisco González Parás, precisamente hermano del ex gobernador, aparece también como socio en algunas de las empresas creadas por Enríquez junto con su cuñado Hugo César Flores Toba.
EL INICIO DE LA INMOBILIARIA
El paso de Felipe Enríquez en la Secretaría de la Reforma Agraria federal, como secretario particular de María Teresa Herrera Tello en el 2001, fue determinante para que el priista se dedicara a los negocios inmobiliarios.
Enríquez utilizó su cargo en esta dependencia federal, responsable de la regularización de la propiedad ejidal en México, para detectar tierras rurales con problemas legales y convertirlas en oportunidades de negocios.
La ex magistrada Herrera Tello siempre ha estado vinculada con el ex gobernador Benjamín Clariond Reyes, quien en 1996 la impulsó para que llegara a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León.
Enríquez estuvo vinculado con González Parás.
En 1995 Enríquez el actual candidato a la Alcaldía de Monterrey se desempeñó como secretario particular de Natividad, cuando éste ocupó la Subsecretaría de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación.
Por cierto, dependencia desde donde se gestó la salida de Sócrates Rizzo de la gubernatura.
LA COMADRE IVONNE Y EL COMPADRE EUGENIO
La gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, es una de las principales aliadas de Enríquez y es además su comadre.
El priista operó como delegado del PRI en las elecciones del 2007 que llevaron a Ortega a la gubernatura de Yucatán.
Es precisamente donde Enríquez impulsa el desarrollo en el Ejido de Ucú, al poniente de Mérida, donde el gobierno estatal compró como reserva territorial un terreno de 3 mil hectáreas.
Angélica Araujo, ex directora de Vivienda de Yucatán y ex Alcaldesa de Mérida, forma parte de la red que Enríquez tiene en este estado junto con su comadre Ivonne.
Eugenio Hernández, de Tamaulipas, e Ismael Hernández, de Durango, integran otra dupla de ex gobernadores que están vinculados políticamente con Enríquez dentro del PRI.
EL PRESTANOMBRES
Hugo César Flores Toba es el cuñado de Felipe Enríquez y no hay negocio inmobiliario de Enríquez donde su nombre no aparezca.
Flores Toba, quien comenzó con una empresa dedicada a transportar materiales en San Bernabé, aparece como accionista en los desarrollos de Isla Blanca y Punta Piedra, en Quintana Roo.
Se presume que Flores Toba es solo uno de los prestanombres que utiliza el aspirante para sus negocios millonarios.
EL CÍRCULO EN MONTERREY
En Nuevo León la burbuja que existe actualmente en torno al compadre de Peña Nieto está compuesta por ex colaboradores del ex Alcalde Adalberto Madero y del priista Abel Guerra.
Felipe Enríquez reclutó para su campaña a Cynthia Yáñez, la ex vocera del gobernador Rodrigo Medina y ex jefa de la Oficina Ejecutiva del ex Alcalde panista Adalberto Madero.
Yáñez es cercana al empresario Julio Villarreal, presidente del grupo Villacero.
También, Enríquez sumó a su campaña a Andrés Mijes, ex operador del priista Abel Guerra, ex candidato a la Alcaldía de Monterrey en el 2006 y 2009, quien junto con Eugenio Montiel Amoroso, ex director ejecutivo de Fomerrey, coordinan la campaña por la Alcaldía regia.