#elecciones2016
El narco vota
La expulsión de tres candidatos del PRI a alcaldías de Tamaulipas revela dos duras realidades: la intromisión del narco en las elecciones y la falta de filtros en los partidos para revisar los antecedentes de sus políticos
Los partidos políticos carecen de mecanismos para estar seguros que sus candidatos están libres de vínculos con el crimen organizado
En 2010, el asesinato del candidato puntero a la gubernatura del estado evidenció una severa crisis de seguridad en la entidad
Los aspirantes a la gubernatura de Tamaulipas, tanto del PAN como del PRI han sido vinculados con el crimen organizado
Los líderes de los partidos políticos se han declarado imposibilitados para verificar los antecedentes de sus candidatos y saber si están relacionados de alguna manera al narcotráfico o la delincuencia
Todo indica que el narco se ha enseñoreado –otra vez- de las elecciones en algunos estados.
La expulsión de tres candidatos del PRI a alcaldes en Tamaulipas, destapó lo que es una sospecha generalizada en esa entidad: el narco es el actor principal en ese escenario.
El hecho también destapó otra realidad: los partidos políticos carecen de mecanismos que les permitan tener certeza de que sus candidatos están libres de vínculos con el crimen organizado.
Ya en el pasado la participación del crimen en las elecciones ha traído eventos desafortunados en los estados.
El asesinato de un candidato a gobernador o el descubrimiento de que un alcalde tenía vínculos con el crimen organizado y “entregó” la policía a los grupos criminales, han sido pruebas fehacientes de que la delincuencia organizada tiene interés en entrar al gobierno de las comunidades.
Como en cada proceso electoral, los discursos de los dirigentes de los partidos políticos y las autoridades electorales aseguran que todas las etapas de la elección están blindadas.
La falta de protocolos establecidos y garantizados para evitar la infiltración del crimen en las elecciones, ha politizado el tema.
Líderes de partidos y autoridades federales se culpan y se retan mutuamente para que el crimen organizado no participe en las elecciones. Lo único cierto es que nadie tiene la capacidad de evitar que esto suceda.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha alertado sobre algunos estados donde se tienen localizados puntos de conflicto por la presencia de cárteles de la droga.
Se trata de los estados de Chihuahua, Durango, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
“Hay algunas entidades donde estamos teniendo problemas de criminalidad organizada y entonces tenemos que desplegar una capacidad de amoldamiento y de establecimiento de protocolos que nos permitan sortear el tema”, reveló Lorenzo Córdova, presidente del INE, en abril pasado.
En estas entidades, algunos partidos han pedido, incluso, que el Ejército patrulle las calles el día de la elección, para evitar que los grupos criminales amedrenten a los votantes.
México está a merced de los grupos delincuenciales que han infiltrado la política nacional.
Tamaulipas el foco más rojo
Era un día cualquiera de campaña. Rodolfo Torre Cantú se dirigía por la mañana al aeropuerto de Ciudad Victoria para viajar a Matamoros y continuar con sus cierres regionales. Ya no llegó.
Era 28 de junio del 2010 cuando un comando armado acabó con la vida del candidato puntero (PRI-PVEM-Panal) a la gubernatura de Tamaulipas.
Con Torre Cantú, otras seis personas fueron asesinadas. Faltaban solo seis días para las elecciones.
La imagen de su cadáver, que yacía ensangrentado en el acotamiento de la carretera, era el vivo retrato de la crisis de inseguridad que azotaba no solo a Tamaulipas, sino al país entero.
Años después se dijo que el asesinato del candidato había sido por obra de Eduardo Costilla Sánchez, alias “El Coss”, líder del Cártel del Golfo, porque supuestamente Torre Cantú se había negado a proteger inversiones en la industria de la construcción que permitían el lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
La entidad se vio entonces sumida en una espiral de violencia: enfrentamientos, balaceras, secuestros y asesinatos que han cobrado la vida de cientos de personas, muchas de ellas sepultadas en fosas clandestinas.
Los sobresaltos son cosa de todos los días en la entidad, a la que coloquialmente se le conoce con el nombre de “Mataulipas”.
En este 2016, esa entidad nuevamente acapara las portadas de los periódicos la supuesta participación del crimen organizado en la elección.
En un hecho inédito, tres candidatos del PRI que buscaban llegar a la alcaldía de tres municipios diferentes, fueron expulsados de ese partido por supuestamente estar involucrados con el crimen organizado.
Se trata de Reyes Zúñiga Vázquez, candidato a la alcaldía de Hidalgo; Luis Cesáreo Aldape Lerma, aspirante a la presidencia municipal de Mainero; y Gustavo Estrella Cabrera, al municipio de Villagrán.
Sin embargo, no se trata de un involucramiento directo que haya sido comprobado por autoridades de investigación.
‘Tenemos denuncias’
Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI, tomó la determinación de quitar la candidatura y expulsar a estos tres priistas del partido, por haber expresado abiertamente su apoyo a Francisco García Cabeza de Vaca, candidato del PAN a la gubernatura. Algo que hicieron por dinero o por coerción, según el líder.
“Tenemos denuncias sobre de ellos, que han sido amenazados, chantajeados o comprados por la delincuencia para apoyar al candidato del PAN. Eso es muy grave y nosotros vamos a investigarlos, y lo que resulte de ahí, lo habremos de poner a disposición de las autoridades”, dijo Beltrones el sábado pasado, en Tamaulipas.
“Como partido político, el PRI no quiere que se le aparezca, como al PRD y a López Obrador se le apareció, un Abarca en Iguala”, reiteró el líder tricolor este lunes en entrevista con Grupo Imagen.
Beltrones narró que en Tamaulipas era vox populi que estos tres candidatos habían sido presionados para hacer campaña a favor del abanderado panista a la gubernatura, lo que parecía “totalmente incongruente”.
Así, en ese estado, el líder partidista se reunió con habitantes de esos municipios y con personas cercanas a los candidatos, y pudo determinar que los tres habían sido obligados o comprados para hablar bien de García Cabeza de Vaca.
“Preferimos quedarnos sin candidatos a conseguirle un voto a los malos”, sentenció Beltrones.
La expulsión de tres candidatos del PRI a alcaldes en Tamaulipas, destapó lo que es una sospecha generalizada en esa entidad: el narco es el actor principal en ese escenario.
El hecho también destapó otra realidad: los partidos políticos carecen de mecanismos que les permitan tener certeza de que sus candidatos están libres de vínculos con el crimen organizado.
Ya en el pasado la participación del crimen en las elecciones ha traído eventos desafortunados en los estados.
El asesinato de un candidato a gobernador o el descubrimiento de que un alcalde tenía vínculos con el crimen organizado y “entregó” la policía a los grupos criminales, han sido pruebas fehacientes de que la delincuencia organizada tiene interés en entrar al gobierno de las comunidades.
Como en cada proceso electoral, los discursos de los dirigentes de los partidos políticos y las autoridades electorales aseguran que todas las etapas de la elección están blindadas.
La falta de protocolos establecidos y garantizados para evitar la infiltración del crimen en las elecciones, ha politizado el tema.
Líderes de partidos y autoridades federales se culpan y se retan mutuamente para que el crimen organizado no participe en las elecciones. Lo único cierto es que nadie tiene la capacidad de evitar que esto suceda.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha alertado sobre algunos estados donde se tienen localizados puntos de conflicto por la presencia de cárteles de la droga.
Se trata de los estados de Chihuahua, Durango, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
“Hay algunas entidades donde estamos teniendo problemas de criminalidad organizada y entonces tenemos que desplegar una capacidad de amoldamiento y de establecimiento de protocolos que nos permitan sortear el tema”, reveló Lorenzo Córdova, presidente del INE, en abril pasado.
En estas entidades, algunos partidos han pedido, incluso, que el Ejército patrulle las calles el día de la elección, para evitar que los grupos criminales amedrenten a los votantes.
México está a merced de los grupos delincuenciales que han infiltrado la política nacional.
Tamaulipas el foco más rojo
Era un día cualquiera de campaña. Rodolfo Torre Cantú se dirigía por la mañana al aeropuerto de Ciudad Victoria para viajar a Matamoros y continuar con sus cierres regionales. Ya no llegó.
Era 28 de junio del 2010 cuando un comando armado acabó con la vida del candidato puntero (PRI-PVEM-Panal) a la gubernatura de Tamaulipas.
Con Torre Cantú, otras seis personas fueron asesinadas. Faltaban solo seis días para las elecciones.
La imagen de su cadáver, que yacía ensangrentado en el acotamiento de la carretera, era el vivo retrato de la crisis de inseguridad que azotaba no solo a Tamaulipas, sino al país entero.
Años después se dijo que el asesinato del candidato había sido por obra de Eduardo Costilla Sánchez, alias “El Coss”, líder del Cártel del Golfo, porque supuestamente Torre Cantú se había negado a proteger inversiones en la industria de la construcción que permitían el lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
La entidad se vio entonces sumida en una espiral de violencia: enfrentamientos, balaceras, secuestros y asesinatos que han cobrado la vida de cientos de personas, muchas de ellas sepultadas en fosas clandestinas.
Los sobresaltos son cosa de todos los días en la entidad, a la que coloquialmente se le conoce con el nombre de “Mataulipas”.
En este 2016, esa entidad nuevamente acapara las portadas de los periódicos la supuesta participación del crimen organizado en la elección.
En un hecho inédito, tres candidatos del PRI que buscaban llegar a la alcaldía de tres municipios diferentes, fueron expulsados de ese partido por supuestamente estar involucrados con el crimen organizado.
Se trata de Reyes Zúñiga Vázquez, candidato a la alcaldía de Hidalgo; Luis Cesáreo Aldape Lerma, aspirante a la presidencia municipal de Mainero; y Gustavo Estrella Cabrera, al municipio de Villagrán.
Sin embargo, no se trata de un involucramiento directo que haya sido comprobado por autoridades de investigación.
‘Tenemos denuncias’
Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI, tomó la determinación de quitar la candidatura y expulsar a estos tres priistas del partido, por haber expresado abiertamente su apoyo a Francisco García Cabeza de Vaca, candidato del PAN a la gubernatura. Algo que hicieron por dinero o por coerción, según el líder.
“Tenemos denuncias sobre de ellos, que han sido amenazados, chantajeados o comprados por la delincuencia para apoyar al candidato del PAN. Eso es muy grave y nosotros vamos a investigarlos, y lo que resulte de ahí, lo habremos de poner a disposición de las autoridades”, dijo Beltrones el sábado pasado, en Tamaulipas.
“Como partido político, el PRI no quiere que se le aparezca, como al PRD y a López Obrador se le apareció, un Abarca en Iguala”, reiteró el líder tricolor este lunes en entrevista con Grupo Imagen.
Beltrones narró que en Tamaulipas era vox populi que estos tres candidatos habían sido presionados para hacer campaña a favor del abanderado panista a la gubernatura, lo que parecía “totalmente incongruente”.
Así, en ese estado, el líder partidista se reunió con habitantes de esos municipios y con personas cercanas a los candidatos, y pudo determinar que los tres habían sido obligados o comprados para hablar bien de García Cabeza de Vaca.
“Preferimos quedarnos sin candidatos a conseguirle un voto a los malos”, sentenció Beltrones.