I. Siguen los Presidentes Priístas usando embajadas y consulados como fosas de excrementos, para aventar en ellas a sus amigos, cómplices y a todo aquel del que quieren deshacerse.
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Es una práctica común para pagarles favores, triquiñuelas e incluso para protegerlos, pagándoles sueldos millonarios y gastos. Los embajadores salidos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, aprobados los nombramientos en el Senado –como la caja de resonancia presidencial que es–, son nombrados por el presidente de la República en turno. Ahora mismo, Enrique Peña ha designado como embajador en los Países Bajos, con sede en Holanda, a Édgar Elías Azar, dueño del Poder Judicial de la capital del país por más de 10 años. Está claro que no representa a México sino a Peña y a Miguel Ángel Mancera, quien siempre lo estuvo cubriendo con su manto de impunidad no obstante los desmanes, abusos, arbitrariedades y corrupción de Elías; pues éste controlaba a jueces y magistrados, con amenazas, chantajes y mil y una maniobras que lo hicieron el dueño y señor de las sentencias, los arreglos bajo la mesa y el tráfico de abogados para comprar justicia parcial.
II. Lo envían, pues, a un país modelo de instituciones judiciales, político-democráticas y de un parlamentarismo eficiente bajo un régimen monárquico. ¡Qué vergüenza ese nombramiento! Pero lo cierto es que representará a Peña y a Mancera. Los senadores que del Partido Revolucionario Institucional y sus corifeos lo aprueban. Los holandeses por medio de su gobierno darán la aceptación y Elías se asfixiará con el oxígeno de allá, acostumbrado a respirar la podredumbre del trono que detentó con sus mañas. Para litigar asuntos durante el reinado de Elías Azar, se tenía que estar dispuesto a participar en ese mercado de porquerías antijudiciales, para comprar y vender impartición de justicia. Que se vaya lejos, “más lejos del más allá”. Y que no regrese. Al becarlo con esa embajada el peñismo y el mancerismo se deshacen de un seudo-juez que pervirtió al poder judicial en la capital del país, hoy Ciudad de México. Lo mejor es que claramente se va en representación de quien lo nombró: Enrique Peña Nieto. Y de quien se deshizo de él: Miguel Ángel Mancera.
III. Y es que entre estos dos lo estuvieron protegiendo, hasta que se hizo imposible continuar sosteniéndolo como presidente del Tribunal Superior de Justicia. En Holanda le otorgarán el beneplácito porque no saben qué ficha tendrán y porque, de alguna manera, cuenta con el visto bueno de quien será su jefe: el secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray. No renunció, lo renunciaron ante el hartazgo de su férreo monopolio para controlar el sistema y los casos más relevantes que se presentaban en los juzgados. Y se va ostentando la representación del peñismo y del mancerismo. Bueno sería que Holanda no le diera su beneplácito, para ver si a esas dos partes les cala un poco de vergüenza. Y asco. De lo contrario, no es a México en su calidad de Estados Unidos Mexicanos al que representará, sino solamente a Peña, Mancera y Videgaray, quienes cargarán con la ignominia de haber enviado a semejante espécimen.
CON INFORMACIÓN DE: CONTRALINEA.